17 de Febrero, 2025
Por Lara Castillo y Gala Vicente
Es imposible no dejarse llevar por el carisma de Timothée Chalamet como Bob Dylan. Desde el minuto uno, se nota que está disfrutando cada segundo en el papel, algo lógico considerando que lleva preparándose para esto desde 2018. A Complete Unknown nos sumerge en los años clave del músico de Minnesota, desde su llegada a Nueva York en 1961 hasta su histórica presentación en el Newport Folk Festival en 1965, donde decidió cambiar las reglas y revolucionar el folk.​​​​​​​
Lo que hace especial a esta película es que no cae en la típica fórmula de biopic de ascenso, caída y redención. No hay momentos forzados ni giros dramáticos exagerados, sino una historia que fluye con naturalidad y se enfoca en lo más importante: la energía y el talento descomunal de Dylan sobre el escenario. Y ahí es donde brilla Timothee. No es solo una imitación bien hecha, sino una transformación total. Sus gestos, su forma de hablar, su presencia, donde desaparece Timothée y aparece Dylan. ​​​​​​​
La fotografía y el diseño de producción transportan al espectador a la Nueva York bohemia y los circuitos musicales que marcaron el ascenso del artista. A Complete Unknown no es un retrato definitivo de Dylan—y probablemente eso sea lo más acertado. Es un reflejo de su esencia: fragmentado, impredecible y siempre en movimiento. Una película imprescindible para quienes buscan entender el impacto de un artista que nunca se dejó atrapar por el tiempo.

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