18 de Marzo, 2025
Por Constanza Pistone
Los Bohemios que dejó la Revolución Francesa​​​​​​​
Cinturones con tachuelas y hebillas grandes que abrazan caderas, drapeados de telas semi-traslúcidas y estampados con detalles artesanales: el boho, que hoy asociamos más a la cultura hippie y folk de los 70, se remonta en realidad a fines del siglo XVIII e inicios del XIX. Tras la Revolución Francesa, surgieron los bohémiens o "bohemios", un grupo de gitanos erróneamente considerados originarios de Bohemia, en la actual República Checa que compartían un estilo de vida, marcado por la música, el arte, la espiritualidad y la literatura. Los bohemios eran vistos usualmente como poco ortodoxos en contra del sistema que se manifestaban a través del amor libre, la frugalidad y la vida sencilla, lo cual contrastaba con la sociedad burguesa.
Esta esencia bohemia se reflejó en la ópera con La Bohème de Giacomo Puccini y Louise de Gustave Charpentier; en la literatura, con Escenas de la vida bohemia del romántico Henri Murger; e incluso en el cine, con la icónica Moulin Rouge (2001), que retrata el espíritu libertino de sus personajes. En su cenit, el fenómeno adoptó sitios emblemáticos como el Barrio Latino en París, Montmartre, Moulin Rouge y la rue des Martyr. ​​​​​​​
Los 60 y 70: 1969- You should’ve been there
Al referirse al estilo boho, es casi inevitable que se nos venga a la mente la canción ‘Gypsy’, gitano en inglés, de Fleetwood Mac entonada por la voz rústica y envolvente de Stevie Nicks. Quizás también, si pensamos en el cine, resulta dificil no pensar en el filme Once Upon a Time in Hollywood de Quentin Tarantino que proyecta a la pantalla la transición entre la opulencia sesentera de Sharon Tate, interpretada por la actriz Margot Robbie, y la efervescencia y liberación de los 70 representada en los hippies.

La subcultura boho, como en sus orígenes, se trataría de celebrar la individualidad y el espírituo libre y rechazar el materialismo y las rígidas normas sociales, valores que compartiría con la cultura hippie. Al igual que los románticos del siglo XIX, el boho se centraría en la emocionalidad de las personas y el arte, fusionándose con la idea de una gracia que surgía sin esfuerzo.

Polleras maxi, blusas campesinas con bordados, estampados coloridos, telas livianas y frescas: esta nueva moda buscó promover la comodidad y despreocupación. 
A su vez, impulsó un modo de consumo que hoy conocemos muy bien- la fiebre del thrifting. Lo vintage tomó una fuerte relevancia a tal punto que el filósofo Marshall McLuhan expresó en 1968: ‘’Hoy nada está pasado de moda porque todo está de moda. Cualquier prenda de cualquier época está a disposición de todos”. En aquel entonces se trató de satisfacer la demanda de una juventud que buscaba prendas a un precio asequible.
El rock y el boho
“El estilo boho de los años 60 no había creado tanta felicidad desde el apogeo de los Beatles en la India”, comentaba Vogue en su número de septiembre de 1999.​​​​​​​
Las estrellas de rock se acercaron a la estética setentera vintage y desempeñaron un papel clave en la propagación del boho. Jimi Hendrix solía a pasear por Portobello Road en busca de prendas de segunda mano como la icónica chaqueta de Royal Veterinary Corps que le costó un llamado de atención por parte de la policía que lo había considerado una ofensa hacia memoria de su dueño fallecido.
Asimismo, Eric Clapton y Mick Jagger fueron clientes de la tienda vintage I was Lord Kitchener’s Valet que creció tanto en popularidad al punto de que había ‘’una cola de cien personas queriendo comprar’’, según el responsable del local Robert Orbach.

Con la llegada de las modas exóticas y los textiles de la India, los artistas comenzaron a adoptar un look más ostentoso, incorporando pieles y estampados llamativos. El boho combinó elementos de todas partes del mundo: el estampado paisley de la India, patrones africanos y motivos del Europa del este, además de un toque artesanal con piezas a crochet y collares hechos a mano.​​​​​​​
Referentes​​​​​​​
En el ADN de este estilo de vida se puede encontrar referentes como la actríz y cantante inglesa Jane Birkin que más allá de su manera de vestir bohemia, condensa la subcultura boho por su forma de vivir inusual y hasta incomprendida. Un ejemplo de ello, fue su relación de doce años con el compositor francés Serge Gainsbourg que epitomizaba el alma libre y ecléctica de los bohemios, a menudo desafiando al conservadurismo con su libertad artística y sexual. Jane vestía ‘effortlessly chic’, como diríamos hoy, combinando indumentaria de alta costura con prendas más sencillas y siempre paseandose por París con su canasta de picnic.

Otra musa del boho– y de muchos rockeros de la época–, fue Anita Pallenberg, la modelo y artista rollingstonera por excelencia. Anita se vio envuelta en un romance con Brian Jones y posteriormente Keith Richards, ambos miembros de la banda inglesa The Rolling Stones, y debido a su cercania con el grupo musical influyó en el proceso creativo y la estética de esta. Su conexión con el arte, sus looks edgy y glamorosos, como también su naturaleza rebelde encarnaron el prototipo de chica boho y de ícono de la moda.​​​​​​​

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