24 de Febrero, 2025
Por Candelaria Mouro
Desde su primer fotograma, "The Brutalist" no deja dudas: estamos ante algo distinto, una experiencia cinematográfica que resiste ser encapsulada en una sinopsis. Es un relato de migración, arte y trauma, pero también una radiografía del sueño americano con su doble rostro de promesa y condena. 

László Toth (Adrien Brody), un arquitecto judío-húngaro sobreviviente del Holocausto, llega a Estados Unidos con la ambición de construir un legado. Pero lo que encuentra es un territorio hostil, donde su talento se convierte en mercancía y su historia en una herramienta de negociación. La película, filmada en VistaVision, recupera la textura visual de una época que Hollywood abandonó en su transición a lo digital, un guiño que refuerza su vocación de grandeza. A lo largo de tres horas y media, con un interludio musical de quince minutos, "The Brutalist" nos arrastra con un magnetismo inusual: más que observar a László, nos sentimos a su lado, respirando su desesperación, su arte, su dolor.

Pero si alguien cree que esta es una película complaciente, que busca enaltecer la lucha del artista incomprendido, se equivoca. "The Brutalist" es, ante todo, una obra que encarna una paradoja, en varios aspectos: reconstruirse mientras te destruís en el proceso. 

Brody, con una interpretación que roza lo espectral, nos entrega un personaje que oscila entre la genialidad y la anulación de sí mismo. La dirección de Corbet se despliega con una precisión quirúrgica: cada plano, cada sombra, cada espacio vacío cuenta una historia. Nada en esta película es ornamental.

En su primera mitad, "The Brutalist" deslumbra con su economía de recursos, su capacidad de sugerir más que decir. Sin embargo, en la segunda parte, se vuelve más explicativa, más ansiosa por asegurarse de que su mensaje sea comprendido. Y ahí radica su mayor contradicción: una película que quiere ser ambigua, pero que, en ciertos momentos, no puede evitar dirigirte de la mano hacia su lectura correcta.

Al final, nos queda una duda inevitable: ¿Es posible construir algo eterno en un mundo que todo lo devora?

You may also like

Back to Top