2 de Septiembre, 2024
Por Gala Vicente y Lara Castillo

La trama sigue a Calum y su hija Sophie durante unas vacaciones en un resort en Turquía. La historia se desarrolla principalmente a través de los recuerdos de Sophie, quien, al reflexionar sobre ese verano de su infancia, trata de entender mejor a su padre y los eventos que ocurrieron en ese periodo.
Esta película nos lleva a un viaje por nuestras memorias personales. Nos sumerge en la nostalgia de una relación que ya no existe, pero lo hace de una manera que nos mantiene inquietos, como si estuviéramos esperando una tragedia cercana que podría cambiar el vínculo entre Sophie y su padre. Sin embargo, la verdadera tragedia no ocurre por un evento aislado, sino que se manifiesta a lo largo del tiempo, mostrando cómo las rupturas en los lazos familiares rara vez suceden de un día para otro.


"Aftersun" utiliza la nostalgia y la memoria para explorar temas universales como la paternidad, el crecimiento personal y la lucha interna. La película revela que la separación de un vínculo no está marcada por un solo hecho disruptivo, sino que se manifiesta en el doloroso entendimiento de cómo las relaciones cambian con el tiempo. Todos los recuerdos de Sophie están impregnados de una mezcla de asombro y melancolía incómoda, que sólo se comprende plenamente desde la perspectiva de la adultez. Esta realización lleva a un duelo profundo por el amor que se tuvo, pero que también estuvo incompleto.

La actuación de Paul Mescal y Frankie Corio como padre e hija es especialmente conmovedora y matizada, aportando una autenticidad que da vida a la historia. La dinámica entre ellos es el corazón de la película, y sus interacciones transmiten una profundidad emocional que resuena profundamente. Visualmente, "Aftersun" emplea una estética que refleja tanto la calidez del verano como la frialdad emocional. La dirección de Wells es elegante y sutil, permitiendo que la narrativa se desarrolle de manera natural y orgánica.

Personalmente, "Aftersun" es una de las películas que más nos interpela emocionalmente. Quizás esto se deba a que resuena con experiencias que ya vivimos, pero también a la manera en que está ejecutada. Los diálogos, la estética y las actuaciones de los actores se combinan de tal manera que permite que empatices totalmente con los personajes y sientas intensamente cada situación que enfrentan.