22 de Agosto, 2024
Por Gala Vicente y Lara Castillo

Hay discos que cambian el rumbo en la carrera de un artista y Slow Train Coming de Bob Dylan es uno de esos casos. Este álbum, que muchas veces pasa desapercibido en su discografía, cumplió 45 años desde su lanzamiento y merece ser recordado.
Lanzado en agosto de 1979, este disco es famoso por marcar la conversión de Dylan al cristianismo, algo que sorprendió tanto a sus fans como a la prensa. Esa transformación quedó plasmada en las canciones de este LP.
La portada de Slow Train Coming destaca por la ilustración de Catherine Kanner, que captura perfectamente la esencia del álbum. El diseño y concepto fueron obra de William Stetz, quien logró combinar visualmente la temática espiritual del disco con un estilo artístico que resalta la reinvención de Dylan en esta etapa de su carrera.

Los meses previos a Slow Train Coming no fueron nada fáciles para Dylan. Después de recibir malas críticas por su disco Street Legal, su carrera estaba en peligro. A esto se sumaba su divorcio, lo que empeoró tanto su vida personal como profesional.
En medio de esa vulnerabilidad, Dylan encontró consuelo en la fe cristiana. Después de que un fan le arrojara una cruz de plata en pleno show, sintió que su única salida era aferrarse a la religión.
Aunque había sido criado en la fe judía, confesó haber tenido una visión de Jesús mientras estaba en un hotel de Tucson: “Jesús se me apareció como Rey de Reyes y Señor de Señores. Sentí su presencia en la habitación... Fue algo físico. Sentí su mano sobre mí, y todo mi cuerpo tembló”.

Uno de los motivos por los que Street Legal recibió tantas críticas fue por su mala producción. Pero con Slow Train Coming las cosas cambiaron.
Dylan alquiló los estudios Muscle Shoals en Alabama y trabajó con Jerry Wexler como productor. Según Wexler, Dylan buscaba un sonido de funk más grande y preciso, algo diferente a lo que había hecho antes. Y el resultado fue un álbum con una producción impecable.
Las canciones de Slow Train Coming reflejan la nueva fe de Dylan, con letras que transmiten una vulnerabilidad y una convicción profunda. Temas como "I Believe in You" y "When He Returns" muestran a Dylan cantando con una emoción muy notoria sobre su revelación espiritual.

A pesar de lo arriesgado que fue este cambio de rumbo, Slow Train Coming fue bien recibido tanto por la crítica como por el público. Alcanzó el número 3 en el Billboard 200 y fue certificado como platino en Estados Unidos. Aunque algunas críticas fueron mixtas por su contenido espiritual, la producción y las actuaciones de los músicos fueron ampliamente elogiadas.