22 de Abril, 2025
Por Constanza Pistone
Baby tees, jeans de tiro bajo, minifaldas, gloss, celulares con tapita y cámaras digitales: la moda Y2K está de vuelta y nadie se salva. El auge del thrifting y los locales vintage destapó tesoros de esa época, y como la moda es cíclica (y todo es un remix), era cuestión de tiempo para que volviera con fuerza.
Esta tendencia es puro revival de la infancia Gen Z: clips en el pelo, Sonny Angels, Bratz, referencias a Hello Kitty, las Chicas Superpoderosas y Lizzie McGuire. Y no es solo estética, también es nostalgia. En un mundo post-pandemia, con crisis sociales, climáticas y económicas, escaparnos a un tiempo “más feliz” suena tentador.
El Y2K original era más techie y buscaba que la moda anunciara el inicio de una nueva era: cuero, brillos, texturas metálicas, Matrix, el peak de MTV, reality shows, iPods, GPS, y la era dorada de las celebridades que marcaron exceso y glamour. Hoy vemos a estrellas como Sabrina Carpenter o Addison Rae reciclar ese espíritu, pero la fórmula viene de íconos como Britney, Beyoncé o Paris Hilton. Su estilismo estuvo marcado por una vida lujosa, brillo, hiperfeminidad, y tintes Carrie Bradshawianos. Mostrar el cuerpo, usar rosa, lentejuelas o glitter ya no era algo "infantil" o superficial, sino una forma de expresarse sin pedir disculpas.
El lado más futurista de la moda dosmilera– el verdadero Y2K– se alinea con la película Matrix y su estilismo de cuero y sus anteojos insignia–que también han visto un comeback–, un look que evoca el video musical de ‘No Scrubs’ y ‘Oops I did It Again’. Para 1999, el término ‘Y2K’ estaba asociado a una falla tecnológica en programas de computadora que podía ocasionar disturbios en bancos, transportes y plantas de energía en todo el mundo.
Hasta el día de hoy, la aplicación de joyas, gemas o strass en el cabello, los crop tops y baby tees, los low rise jeans, y las referencias a las Bratz, Barbie y Lizzie McGuire llevan un tiempo en la moda juvenil. Incluso si hablamos de una moda más sobria con animal print, mini bags, y minifaldas, nos remontamos a las pasarelas dosmileras.
Aunque el Y2K perdió fuerza tras el 9/11 y la Guerra de Irak, volvió en 2021 con fuerza renovada. Puede que ya no hablemos de bugs tecnológicos, pero sí de brillos, logomanía y vibes poperas que siguen marcando estilo. Porque el pasado nunca se fue del todo.
