30 de Mayo, 2025
Por Gala Vicente

Este álbum funciona como una bitácora emocional que se sumerge en el dolor, la obsesión, la pérdida y en una lenta reconstrucción del yo. No necesita ser extenso para dejar una marca. Savior escribe desde un lugar profundamente personal. Después de vivir los extremos de una industria que intentó moldearla, y de relaciones en las que su voz fue apagada, este disco emerge como un acto de resistencia emocional.
La instrumentación oscila entre el pop noir y el soul espectral, con bases que a veces parecen salidas de una película antigua y otras que nos recuerdan a un sueño. Las letras flotan entre lo poético y lo confesional. Savior canta al amor como una enfermedad, a la tristeza como una constante, al deseo como un peligro inevitable. Y lo hace con una voz que no suplica, sino que expone.



Lo más poderoso de este disco no es sólo su sonido o sus letras, sino el hecho de que se siente como una catarsis. The Archer es el retrato de una mujer que, aunque rota, se permite nombrar sus heridas. Que no se disculpa por sentir demasiado. Que convierte el dolor en arte sin necesidad de embellecerlo. Hay belleza, sí, pero es la belleza de lo sincero, de lo crudo.
En tiempos donde se valora lo inmediato, este disco nos invita a detenernos, a escuchar con atención y a sentir. Alexandra Savior no busca complacer, sino compartir.